La más pequeña de las islas pitiusas, pero para muchos la más mágica e idílica de todas.
Su enorme variedad de colores, turquesas, ocres y blancos, la convierten en única e inigualable.
Además dispone de una historia bonita y auténtica, de personas, molinos y salinas, que acaba robando el corazón a la mayoría de sus visitantes.